¿Sabéis cuáles son esos días en los que te levantas tarde, vas corriendo por toda la casa y encima no sabes que ponerte? Me pasaba a menudo (todos los días, más concretamente), hasta que opté por dos soluciones que han sido mi salvación. La primera fue invertir un poco en dos o tres básicos multiusos, como los llamo yo. Un básico multiusos se define por esa prenda o complemento que te lo puedes llevar a cualquier parte o evento. ¿Cena de amigas? Te lo pones. ¿Reunión a primera hora con el jefe? Te lo pones. ¿Comida familiar? Te lo pones. Y la segunda solución fue dejar el outfit completo preparado en la misma percha. En una parte muy específica del armario. Y siempre limpio. Si lo ensucias ya lo estás limpiando a la mañana siguiente. Que luego todas sabemos lo que pasa.
Y si antes mi vida era una secuencia descontrolada de despertadores, tazas de café a medio calentar, carreras al baño, horquillas perdidas, pelo alborotado, gotas perdidas de Chanel nº 5, tacones a la carrera, pintalabios de ascensor, y outfits de última hora... Ahora mi situación ha mejorado considerablemente hacia despertadores, tazas de café frías, trenza despeinada, que parece peinada, muestras de perfume en el bolso y pintalabios de escaparates pero con un outfit de infarto. A ver quien es el guapo que se fija en mi trenza despeinada no peinada. Y es que hay cosas que no cambiarán nunca.
Así que después de este "gran" cambio en mi vida, os dejo uno de esos básicos multiusos.
Cuando el único momento para hacer fotos son las tres de la tarde y aún no has comido tu tripas sonarán durante todo el shooting. Y es horrible, creedme.
Espero que os sirvan mis dos reglas fundamentales para seguir viviendo al límite del tiempo pero siempre divinas. Contadme en los comentarios cuáles son vuestros trucos para esos momentos en los que el tiempo no se detiene y tú llegas tarde.
Vestido: Zara (Old).
Bolso: Zara (Old).
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