El pasado fin de semana el tiempo nos dio una tregua, que eso sí, solo duró el Sábado. Amaneció totalmente despejado, eran mas o menos las 08:30 a.m cuando los rayos de sol se colaban en mi habitación inundándola de esa luz que te dice que es verano. Después de remolonear un poquito entre las sábanas blancas, me levanté, desayuné y ¡a explorar! Si bien es cierto que los días con mal tiempo aprovecho para hacer planes caseros, no soporto quedarme en el sofá cuando hace tan bueno.
Ribadesella es uno de esos pueblos de costa típicos del Norte. Es muy pequeñito y aunque yo pasé allí todo el día, si os coge de camino lo podréis visitar en unas horas. Situado frente al mar, las vistas desde la calle principal son espectaculares. Con dos posibles rutas a pie, podréis recorrer la desembocadura del río Sella hasta llegar al Mar Cantábrico. El azul del mar, el verde de las montañas y el blanco de los detalles serán los colores principales de la zona más marítima.
Playa de La Atalaya.
Al cruzar la calle principal encontraréis el pueblo lleno de callejuelas, esquinas con mucho encanto, casas de colores, pequeñas plazas, tiendas de todo tipo, heladerías y mucha vida. Podéis comenzar por el pueblo, tranquilamente apenas os llevará un par de horas. Justo antes de la comida, os recomiendo que os acerquéis al pequeño mirador con vistas a la Playa de La Atalaya y ya después de comer podéis pasear tranquilamente por la Playa de Santa Marina donde podréis tomaros un helado. Otro punto clave es el Mirador de la Ermita de Guía. En lo alto de una montaña las vistas a todo el Mar Cantábrico son increíbles.
Plaza de la Iglesia.
Paseo de la Grúa.
Playa de La Atalaya.
Paseo de la Playa de Santa Marina.
Puerto Deportivo.
Paseo de la Grúa.
Paseo de la Grúa.
Espero que os haya gustado. Y ahora contadme ¿qué planes tenéis para este verano?