28 julio 2015

24 HORAS EN... SAN SEBASTIÁN

Hoy estreno nueva sección, la de viajes. No sé a vosotros pero a mí me encanta y tengo que deciros que ya tenía muchas ganas de poder hacer un post de este tipo. Hace unos días estuve en San Sebastián, una de las ciudades que más me gusta del norte de España. Así que he pensado que era un buen destino para empezar esta sección. Por eso además de mostraros algunas de las fotos que hice, os contaré los 6 sitios que no os podéis perder cuando visitéis esta hermosa ciudad.


1. LA PLAYA DE LA CONCHA 

Sin duda es uno de los símbolos más distintivos de la ciudad donostiarra. Y es que esta preciosidad se ha ganado a pulso ser una de las playas urbanas más bonitas de Europa. La Concha se encuentra en el paseo marítimo, entre el Palacio de Miramar y el puerto. Os puedo asegurar que las vistas y las sensaciones son inmejorables. Este paseo lo podéis comenzar desde diferentes puntos, mientras observáis cómo el Cantábrico entra en la ciudad y las farolas, símbolo del modernismo y la elegancia de principios del siglo XX, iluminan el lugar con más alma de San Sebastián.


2. EL PALACIO DE MIRAMAR

Se encuentra justo al final de la playa de La Concha, concretamente entre ésta y la playa de Ondarreta. En un espacio completamente verde, encontraréis este edificio de arquitectura  clásica inglesa. Tiempo atrás fue la residencia real y en la actualidad es uno de los edificios con mayor personalidad de la ciudad, dando además nombre al parque en el que se encuentra, donde la gente acude a relajarse o a practicar deporte. Como recomendación personal os diré que si el tiempo os lo permite es un lugar genial para hacer un picnic y comer con vistas del Cantábrico. 



3. EL PEINE DEL VIENTO

Probablemente éste sea el único punto de todo el mundo en el que podrás observar cómo se peina el viento, y las olas. Cuando la playa Ondarreta se funde con la última frontera terrestre comienza el espectáculo. La obra cumbre del escultor vasco Eduardo Chillida está compuesta por tres grandes esculturas de acero ancladas a las rocas. Y es que, fue el propio autor, quien en una ocasión declaró que “el mar tiene que entrar ya en San Sebastián peinado”.  Podréis encontrar unas gradas desde las cuales los donostiarras se reúnen para apreciar el mayor espectáculo de un mar embravecido que se vuelve auténtica belleza.



4.  EL MONTE IGUELDO

Es sin duda el lugar de las vistas, de las fotos, de los atardeceres, de las sensaciones, de todo lo bueno que os podáis imaginar. Un funicular de principios del siglo XX te subirá hasta lo más alto de este monte. Creo que es uno de esos pocos lugares a los que no importa el tiempo, siempre merece la pena subir para contemplar, a vista de pájaro,  la bahía de La Concha. Como recomendación os diré que es un sitio fabuloso para las familias con niños, ya que además hay un pequeño parque de atracciones.




5. LA ISLA DE SANTA CLARA

La Concha, Ondarrtea, Zurriola… Pero Santa Clara es la isla que embellece la bahía. Recorrer sus caminos o darte un baño mirando a San Sebastián suponen uno de los atractivos del verano. Distintas embarcaciones sales del puerto cada media hora en verano (Junio-Septiembre) y Semana Santa.



6. LA PARTE VIEJA

Creo que la parte vieja de esta ciudad acoge unas de las fachadas barrocas más delicadas. Constituye una de las partes más típicas de la ciudad, dónde podrás conocer la cocina donostiarra con los famosos pintxos. Además reúne algunos de los emblemas de la ciudad como la Plaza de la Constitución. También podrás escuchar el resonar de los tambores en el día de La Tamborrada, el 31 de Agosto.



Y ahora os dejo un pequeño álbum para que mientras llega vuestra visita a esta ciudad, podáis disfrutar de ella. 

   



          
                                                      Funicular.
  
Cuando San Sebastián se rinde a tus pies.

            Los miradores del Paseo Marítimo, una delicia.

Vistas a la Playa de La Concha.

Vistas a la Playa de Ondarreta desde el Parque de Miramar.



24 julio 2015

¿LEEMOS?

Siempre he pensado que mi gusto por los libros es una de las mejores herencias que mi abuelo me dejó. Y sí lo reconozco, me encanta leer. Bueno vale, también soy de las que se vuelve loca en una librería. Esa sensación de querer llevarte todos los libros a casa.

Lo cierto es que en los últimos meses no he tenido mucho tiempo para leer, aunque los lectores empedernidos siempre intentamos buscar ese ratito de libro, a veces, es imposible. Aún así hoy os quiero enseñar mis últimas lecturas.

UN JARDÍN AL NOTE – BORIS IZAGUIRRE

Me sorprendió. Y mucho. Después de haber quedado enamorada con “El Tiempo entre Costuras”, no estaba muy segura de si otra visión del mismo personaje me convencería, pero me enganchó desde el primer momento y no quería soltar el libro en ningún momento. Es una de esas historias que creo que a todos nos gusta, de las que se desarrollan en diferentes ciudades y te pasas la lectura viajando e imaginando escenarios completamente distintos.



NO ES AMOR, ES SOLO PARÍS – PATRICIAN ENGEL

Hoy me ha dado por reconocer las cosas. Y reconozco que fue el título lo que hizo que no pudiese salir de la librería sin él. Una historia que se desarrollaba en París, con chicas jóvenes y el amor de por medio. Era la mejor combinación para la tarde lluviosa que se presentaba. Y mi ojo de lectora no me hizo equivocarme, me encantó. Aunque es cierto que no era lo que al principio me esperaba, no me arrepiento, porque me gustó mucho más de lo que me había imaginado cuando lo compré. Me encanta esa sensación de acabar un libro y que haya superado tus expectativas, que sea mejor, que te preguntes porqué no lo compraste antes.



BAJO LA MISMA ESTRELLA – JOHN GREEN

Lo había visto alguna vez en las estanterías de mis continuas visitas a las librerías y nunca pensé que sería un libro que me pudiese gustar, así que nunca lo compré. Hasta que se convirtió en una recomendación de una amiga. Y bendita recomendación, desde aquí GRACIAS. Me duró bien poco, un viaje a Madrid y antes de bajarme me lo había acabado. Una historia preciosa que sin duda os hará pensar. Si os animáis desde aquí avisaros que cuando leáis la última página del libro no busquéis más, porque no hay. El final es lo que acabéis de leer.


DESEO DE CHOCOLATE – CARE SANTOS

Fue en el mismo viaje a Madrid cuando me lo compré. Tenía tres noches enteras para leer y el viaje de vuelta y ningún libro, así que entré en la Casa del Libro en busca de mi próxima aventura. Y aunque es cierto que no me gustan nada las grandes librerías y que siempre defenderé los pequeños espacios dedicados a la lectura, en esta ocasión era lo que más cerca me quedaba. Y no tardé mucho en encontrarlo, leí el título entre decenas de historias y fue mi amor al chocolate el que me dijo, seguro que te gusta. Y así fue. Tres historias, con tres mujeres en apariencia diferentes pero en la realidad muy similares, en tres épocas y tres ciudades. Tampoco me duró mucho.



DEMONIOS FAMILIARES – ANA MARÍA MATUTE

Creo que el que más me ha gustado de estos que os he contado. Ana María Matute siempre ha sido una de mis escritoras, desde que era pequeña con sus cuentos, hasta el día de hoy con sus historias increíbles. Cuando acabé de leerlo, pensé en las cosas buenas que tiene la vida. En la suerte de poder dedicarte a lo que te gusta, a ser escritor y acabar tu vida escribiendo, dejando tu último libro inacabado. Siempre he  admirado a la gente que es capaz de reunir las fuerzas necesarias para terminar viviendo de aquello que le apasiona, que le hace feliz y que además es capaz de transmitirlo a otras personas.



Y vosotros, ¿qué estáis leyendo?



14 julio 2015

EL MACHI

Buenos días!!!!

Después de pensarlo mucho, he decidido abrir una nueva sección en la que poco a poco os iré hablando de los lugares que más me gustan: tiendas, restaurantes, zonas de ocio… Y para empezar y aprovechando la vuelta a mi ciudad os enseño uno de los mejores restaurantes de Santander.

“El Machi” es capaz de aunar en un espacio no muy grande todo lo imprescindible para querer volver todas las veces que se pueda. Con una decoración fina y muy representativa de la zona y un trato exquisito hacen de este pequeño lugar en pleno puerto santanderino el mejor lugar para compartir una buena comida con los amigos antes de pasar una tarde envidiable en la playa. En tonos marinos, es imposible alejarte de la esencia del mar. Los azules y blancos rotos son la combinación predominante en este lugar que huele a mar y arena. Además, a su favor, juega también la presentación de los platos que te recuerdan al pasado con un toque rústico. Sin duda mi recomendación serán siempre los pescados, que además los podréis ver antes de que los cocinen. También es un sitio envidiable para salir de tapas y vinos con los amigos y la familia.  

Espero que os guste este rincón del norte que os enseño, porque desde luego que yo no me canso de ir. En la parte de abajo os dejo la página web para que le echéis un vistazo.