Buenos días a todas, ya sé que se ha hecho esperar, que vuestras ganas sobre este post eran infinitas, que os lo he hecho desear, que pensábais que nunca os iba a contar mis aventuras alemanas, pero al final he conseguido recopilar toda la información necesaria para que os pueda servir si estáis pensando en conocer esta preciosa ciudad.
Parece mentira que haya pasado casi un mes desde que hice este viaje y la verdad es que volvería a hacer las maletas con los ojos cerrados. No sé que tendremos las personas con alma de viajeras que no hemos vuelto de un viaje y ya estamos pensando en el siguiente.
Nunca había estado en Alemania y la experiencia ha sido inmejorable. Este era mi primer viaje durante la época de las Navidades así que me apetecía estrenarme con un destino muy navideño, que encarnase el espíritu de esta época. Un destino en el que hiciese frío y soñar con algún día de nieve, aunque no tuve suerte en este aspecto, de hecho, el tiempo fue muy bueno para la época del año. Y buscando destinos que cumpliesen con ese ambiente navideño pensé que Múnich era una buena opción, y no me equivoqué. Los mercadillos navideños en las plazas y calles, la amplia oferta cultural, los castillos sobre colinas y haberse ganado por derecho propio ser la "ciudad del arte y la cerveza" hicieron que finalmente la capital bávara se convirtiese en mi destino navideño.
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A lo largo de este post os iré contando todo lo que necesitáis saber para conocer esta ciudad, cómo llegar,qué visitar, las formas más fáciles de moveros por la ciudad y todo lo que os pueda servir para que vuestro viaje sea perfecto. ¡Así que comenzamos!
TRANSPORTE.
Yo fuí en vuelo directo desde Madrid hasta Múnich. El vuelo es aproximadamente 2 horas,15 minutos. Una vez allí tengo que deciros que el aeropuerto se encuentra bastante lejos del centro de la ciudad por lo que el transporte público es la opción más económica para llegar.
En el mismo aeropuerto encontraréis la estación de metro, donde podréis coger el S-Bahn, que pasa cada 20 minutos y tiene dos líneas, S1 y la S8 (ambas llevan al centro, pasando también por Hauptbahnhof, la estación central). El precio de esta opción ronda los 10-11 € por billete. También en el mismo aeropuerto podréis obtener una tarjeta de transporte para 2 o 4 personas que os permitirá viajar durante ese día sin límite.
La otra opción de desplazamiento es el clásico taxi y cuyo precio oscila entre los 50-70 €.
Para conocer el centro de la ciudad lo más fácil es hacerlo caminando ya que gran parte es zona peatonal. Y si además queréis mimetizaros más con las costumbre de la ciudad no dudéis en alquilar una bicicleta pública. Lo podréis hacer en numerosos puntos a lo largo de toda la ciudad y sin duda,conocer así la ciudad es una experiencia preciosa.
Y es que verás bicicletas en todos los rincones.
A la hora de desplazaros para visitar los diferentes lugares que os apetezca conocer os recomiendo el tranvía. Es fácil, cómodo, funciona perfectamente y además te permite conocer la ciudad gracias a sus amplias cristaleras. Un billete sencillo cuesta aproximadamente unos 2,70 €. La otra opción es la línea del metro, que ya sabéis que a mí me gusta menos, aunque en algunos momentos es inevitable. El precio del metro es similar al del tranvía.
HORARIOS Y CLIMA.
Una de las cosas que más nos cuesta a los españoles cuando salimos a Europa es sin duda adaptarnos a los horarios, que la verdad, son bastante diferentes a los de España.
Mi recomendación personal es madrugar, ya que es la única manera de poder aprovechar el día. Levantarte sobre las 8 de la mañana es una buena opción para comenzar vuestro día. Tened en cuenta que en el centro de Europa anochece antes que en España, y mucho más si vais en invierno. Durante esta época lo normal es que anochezca entre las 17:30 y las 18:00 teniendo en cuenta que el tiempo fue perfecto, sino en torno a las 17:00 es generalmente de noche.
Sin duda y como todos os podéis imaginar el clima en el centro de Europa en Diciembre es frío. Muy frío. Os prometo que iba con la promesa de ver nieve, de hacer muñecos en medio de la plaza del ayuntamiento, de armar guerras de bolas entre alemanes acostumbrados a esas temperaturas, que para otros, son inhumanas.Vamos que me prometieron un festín blanco, ver las iluminación bajo copos de nieve y me encontré con un sol radiante, incluso algún día en plenas horas centrales no necesitabas ni el abrigo. Y sí, ahí se acabó mi ilusión blanca. Eso sí, no tengáis en cuenta esta experiencia, porque ni los propios alemanes se creían ese tiempo. Fue suerte, mucha suerte, pero no para mí que quería nieve.
COMIDA.
En Múnich se encuentra la mejor tradición gastronómica del sur de Alemania y os puedo asegurar que independientemente de vuestros gustos culinarios, no pasaréis hambre. Hoy en día la mayoría de los restaurante utilizan productos frescos, de temporada, regionales y ecológicos. Como ya os estáis imaginando es todo un gusto sentarse a comer.
La capital bávara es la mejor ciudad para degustar comida internacional, que se reparte sobretodo entre la italiana, la afgana y la turca. Creo que si os gusta probar comidas de otros países no os podréis quejar. Además también ofrecen una amplia variedad de platos aptos para vegetarianos que podrán encontrar más opciones a parte de la ensalada.
IDIOMA.
Sí, lo sé. Sin duda es lo primero en lo que piensas cuando te planteas viajar a cualquier parte de Alemania. Y la verdad es que es muy difícil. Pero no os tenéis que preocupar porque la mayoría de las personas hablan perfectamente inglés y además están acostumbrados a tratar con extranjeros, so don´t worry. Si tenéis alguna duda podréis preguntar sin problemas porque la mayoría de la gente es muy simpática y no tendrá ningún problema en ayudaros. Pero aún así como todos por aquí tenemos almas viajeras siempre nos gusta aprender algo de los lugares a los que visitamos, por eso no está demás saber decir cuatro cosas típicas, que siempre te lo van a agradecer.
Veamos, se supone que los alemanes se comunican entre ellos con cosas del tipo: guten morgen, danke, montag, eins, kalt, abendessen, brot, bitte, was? Pues sí eso digo yo, ¿qué es esto? Yo aín dudo si de verdad se entienden. Increíble.
Ahora llega la hora de confesaros que mis progresos con el alemán fueron bastante escasos, así que me queda como asignatura pendiente para el próximo viaje. Y otra vez pensando en viajar.
MI RUTA POR LA CIUDAD ALEMANA.
Una vez resueltas las dudas más importantes para organizar vuestro viaje, os cuento cómo fue el mío.
LOS PRIMEROS DÍAS...
El hotel en el que me alojé estaba justo en frente de la estación central, por lo cual movernos por la ciudad era muy fácil. Como ya os he contado al principio, cogí la linea de S-Banh hasta la estación central y una vez ahí solo era cruzar la calle. El hotel en el que me alojé, la verdad es que me gustó mucho. La sencillez, la comodidad y el buen trato eran sin duda los punto fuertes, además de la localización, a tanto solo minutos del centro caminando. Os dejo la referencia por si queréis dar un vistazo: Winters Hotel München Am Hauptbahnhof.
Aterricé en Múnich al rededor de las 10 de la mañana por lo que pude aprovechar todo el día, lo cual se agradece. Cuando llego a una ciudad nueva siempre me gusta pasear por el centro tranquilamente. Observar a la gente, ver el ritmo de vida, las costumbres y dejar que las cosas me sorprendan. Sentarme en una cafetería y terminar de preparar el itinerario para el resto de los días es una buena opción.
Cafetería-Restaurante vegetariano Prinz Myshkin. Totalmente recomendado, con un ambiente cálido que invita a relajarte y a charlar sin prisa, esta cafetería es perfecta para ordenar todos tus planes.
Y eso es lo que hice durante el primer día en la ciudad alemana. Pasear, pasear y pasear. Descubrir la ciudad sin prisas, sorprenderme con los puntos más importantes de la ciudad y comenzar a convertirme en un poco alemana, aunque eso no es fácil. Y es que os tengo que reconocer que odio viajar con prisas, queriendo llegar a miles de lugares para no aprovechar el tiempo en ninguno de ellos, porque parece que cuando llegas a uno ya tienes que salir corriendo al siguiente. La verdad es que prefiero ver menos cosas, pero disfrutar de aquellas que si veo.
MarienPlatz: es el centro de la ciudad. Tenéis que ver su antiguo carillón donde está el Glockenspiel donde a las 11:00 y a las 12:00 todos los turistas se agrupan en esta pequeña plaza para ver el espectáculo.
Frauenkirche (la Iglesia de Nuestra Señora): es el centro espiritual de Múnich además del edificio más alto de la ciudad. Con dos torres gemelas coronadas por dos cúpulas en forma de cebolla, fue derribada durante la II Guerra Mundial y reconstruida posteriormente.
Altes Rathaus: este edificio medieval con una gran historia (fue derruido en la II Guerra Mundial y además fue desde donde se pronunció el discurso de la noche de los cristales rotos) alberga en la actualidad el maravilloso museo de los juguetes (4€ adultos; 1€ niños).
St Peterskirche: aprovechando el inmejorable tiempo de ese día aproveché para subir a lo alto de la torre (92 metros y 306 escalones) y casi morir en el intento. Eso sí, merece la pena, y mucho. Además yo tuve la suerte de ver la puesta de sol desde ahí arriba y sin duda no me arrepentí del esfuerzo. Ver cómo el sol se esconde al fondo de unas vistas infinitas no tiene precio (bueno sí, 1,50 €). Unos días después volvería para visitarla por dentro. Y es que ser la Iglesia más antigua de la ciudad, se merece un poquito de dedicación.
Altes Rathaus.
MarienPlatz y el Neues Rathaus.
Entrada a Frauenkirche.
Así son las vistas desde lo más alto de Peterskirche.
Esta puesta de sol, dio paso a unas vistas navideñas llenas de luces...
Una terraza, la manta y una cerveza. Resumen de la vida alemana. Es fácil acostumbrarse, lo prometo.
Xmas lights everywhere.
Y AUNQUE YO NO QUERÍA, LOS DÍAS EMPEZARON A AVANZAR...
Ahora ya con una ruta un poco más planificada, comencé a visitar los lugares más importantes que me apetecía conocer. Mi segundo día en Múnich coincidió que era Domingo y por ello fue el día de los museos, y es que, los domingos las entradas solo cuestan 1 € por lo que era obvio que tenía que aprovechar, y sin duda fue el día más cansado de todos, pero también uno de los que más me gustó.
Estos fueron los museos que visité:
1.- Alte Pinakothek: es un museo de arte que contiene la mayor colección de maestros europeos y es que aunque no sepas distinguir un Rubens de un Rembrant no te lo puedes perder. Botticelli, Rafael, Tiziano, Velázquez, Murillo, El Greco, Durero,Van der Weyden os deleitarán durante unas horas los ojos a través de su arte.
Es necesario dedicarle tiempo a tanto maestro junto así que para descansar os podéis pasar por la cafetería del museo que además tiene una magnífica obra.
Precio normal de la entrada: 7€ (adultos) 5€ (niños). Domingos: 1€.
Horario: 10:00 - 20:00 h (martes). 10:00 - 18:00 (miércoles-domingo).
¿Cómo llegar? Tranvía 17 Pinakothek; Metro: U2 (Theresientrasse) y U3/6 (Odeonsplatz ó Universitat) y Autobús 100 Pinakothek.
2.- Pinakothek der Moderne: se trata del mayor museo de arte moderno de Alemania. El interior,de cuatro plantas, cuenta con una cúpula que ilumina con luz tenue las galerías. Este museo está formado por cuatro colecciones: arte moderno, nueva colección, colección gráfica estatal y museo de arquitectura. Sin duda una combinación capaz de satisfacer a cualquiera. Podrás ver obras de Picasso, Klee, Dalí, Kandinski, Leonardo da Vinci o Cézanne.
Precio normal de la entrada: 10€ (adultos), 7€ (niños). Domingos: 1€.
Horario: 10:00 - 18:00 (martes y miércoles). 10:00- 20:00 (viernes-domingo).
¿Cómo llegar? Tranvía 17 Pinakothek; Metro: U2 (Theresientrasse) y U3/6 (Odeonsplatz ó Universitat) y Autobús 100 Pinakothek.
3.- Neu Pinakothek: con una buena muestra de pintura y escultura podrás disfrutar de Monet, Cézanne, Degas a Van Gogh, Manet y una curiosa representación de pintores locales.
Precio normal de la entrada: 7€ (adultos), 5€ (niños). Domingos: 1€.
Horario: 10:00 - 18:00 (jueves-lunes). 10:00 -20:00 (miércoles).
¿Cómo llegar? Tranvía 17 Pinakothek; Metro: U2 (Theresientrasse) y U3/6 (Odeonsplatz ó Universitat) y Autobús 100 Pinakothek.
Como podréis ver fue un domingo bastante cultural, pero tener la oportunidad de ver todo esto por solo 3€ merecía la pena. Además los tres museos están juntos por lo que no tienes que desplazarte mucho para poder verlos.
El tercer día fue un poco más relajado. Después de una mañana que dediqué a ver unas tiendas del centro y a disfrutar de un dulce en una terraza al lado de una estufa, por la tarde visité el conocido Englicher Garten, o lo que es lo mismo, el Jardín Inglés (U3/6 Universitat or Giselastrasse; Bus 54 Chinesischer Turm, Bus 100 Haus der Kunst). Este parque es uno de los parques urbanos más grandes de Europa, superando al Prado, a Hyde Park e incluso al Central Park. Muy visitado por la gente de la zona es perfecto para hacer deporte, un picnic o como yo, ver atardecer.
Hirmer es uno de los principales centros comerciales de Múnich.
¿Compartimos?
El atardecer en el Englischer Garten.
Y CADA VEZ QUEDAN MENOS DÍAS...
La mañana del cuarto día visitamos el Palacio de la Residenz que refleja todo el poder que albergaron los regentes bávaros que habitaron aquí. Sin duda es una visita que no os podéis perder y que estoy segura que os sorprenderá por su grandeza. Esta visita está dividida en diferentes secciones: el Museo de la Residecia, el Teatro y el Tesoro y lamentablemente son independientes entre ellas, aunque puedes comprar una entrada conjunta si tu presupuesto es ajustado lo mejor es que elijas la visita que más te guste. Yo elegí hacer la visita del Mueso, porque me pareció que era donde más cosas podía ver.
Precio de la entrada normal: 7€ (adultos), niños gratis. Entrada combinada 13€.
Horarios: variables, consultar en la web.
Para llegar: U3/6 y Bus 100 Odeonsplatz y Tranvía 19 Nationaltheater. Pero como recomendación personal es un paseo precioso desde MarienPlatz.
La entrada a la Residencia.
La Sala del Antiquarium.
Perdida en un palacio, algún día encontraré al príncipe.
Detalle del interior del Palacio.
Después de esta visita, tocaba reponer fuerzas y hacer una parada para comer...
Si pongo mantel de cuadros, ¿me acompañas?
Ya por la tarde me acerqué hasta Königsplatz Square, una plaza inspirada en la Acrópolis de Atenas. Si visitáis esta ciudad en verano, estaréis de suerte ya que durante esta época del año cobra especial vida con conciertos y ciclos de cine al aire libre.
El quinto día, por la mañana visité el impresionante Palacio Schloss Nymphenburg. Este imponente Palacio junto con sus jardines era el lugar de residencia de verano de la familia real.
Sin duda fue uno de los sitios que más me gustó. Su imponente arquitectura, la colección de arte, los jardines y los lagos que lo rodean forman un paisaje de cuento.
Precio de la entrada normal: 6€ (adultos), 5€ (niños)
Horario: 09:00- 18:00 (abril - octubre) y 10:00 - 16:00 (octubre - marzo)
¿Cómo llegar? Tranvía - Schloss Nymhenburg.
A pesar del radiante sol, éste fue el día que más frío hizo, y sin duda que los ríos y los lagos congelados lo demuestran.
El interior del Palacio era como vivir en un cuadro continuo.
Una visión diferente... ¿ves a alguien?
Los Jardines infinitos se perdían en el horizonte.
¿Te animas a una carrera? Yo hago la foto.
Después de esta visita, decidimos acercarnos hasta el Viktualienmarkt, un mercado al aire libre donde puedes comprar fruta y verdura fresca, quesos, aceitunas, mermeladas, jamón, trufas... todo un festival de colores, sabores y texturas. Aunque los precios son altos debido a su calidad una buena idea es comprar algunas cosas y hacer un picnic. Esto precisamente es lo que hicimos, ya que el buen tiempo nos seguía acompañando.
Ya por la tarde y después de reposar un poco la comida, fui al Bier & Oktoberfestmuseum (entrada 4€, reducida 2,50€). Cuatro plantas repletas de viejas tinas, fotografías de época, antigua ropa de este festival tan popular y la conclusión con la que salí de ese sitio es que algún día iré al Oktoberfest, y espero que no sea muy tarde. Puedes llegar tanto en tranvía como en metro con parada Isator y el horario es de 13:00 a 17:00 de martes a sábado.
Y LLEGÓ LA HORA DE LA DESPEDIDA...
Pues sí, llegó la hora de despedirme de esta ciudad, de su cultura, de sus alemanes, de su gastronomía, de su arte y decir hasta pronto. Por eso este último día de despedida lo dediqué a pasear de nuevo, a visitar esas pequeñas cosas que se me habían quedado atrás, a pasear muy despacio, intentando retener la mayor cantidad de recuerdos posibles, de los pequeños detalles, de los rincones escondidos... y sí a intentar entender algo de alemán para volver a España más contenta... pero nada, no hubo manera.
Los detalles que se nos escapan...
It´s Chritsmas.
Soñando entre colores.
Espero que os haya gustado, y que la espera haya merecido la pena.