29 octubre 2017

MIS ACCESORIOS DE OTOÑO.

A punto de empezar Noviembre parece que el otoño se resiste a empezar y debo confesaros que yo ya tengo ganas de esos días de mantita y sofá, de tazas y tazas de chocolate calentito y de ponerme un montón de jersey gorditos y calentitos. ¿A vosotras también os pasa?


Así que yo ya me he empezado a preparar para cuando el otoño quiera llegar y hoy os cuento cuáles son mis accesorios imprescindibles para sobrevivir a cualquier otoño.

#1. Tazas bonitas.

Café, té y... chocolate. Sin lo primero no podría vivir en cualquier época del año, pero sin duda que el consumo de lo segundo y tercero se multiplica en estas fechas. Llegas a casa congelada de la calle, quitarte el abrigo, los guantes, la bufanda y ¡todo lo que ustedes quieran! y sentarte en el sofá con una manta calentita para disfrutar de una taza de chocolate mientras escuchas esa playlist que tanto te gusta. Apetece, ¿verdad? Y si a todo esto le añadimos tazas bonitas, pues la felicidad se multiplica.


#2. Bufanda calentita.

Sí. Lo reconozco. Soy la persona más friolera de este mundo. Las temperaturas invernales no se hicieron para mí ¡y eso que soy del Norte! Cada año es una tortura para mí. Salir a la calle con grados negativos lo considero una actividad que debería de estar prohibida, lo que me hace ir como una auténtica cebolla a todos los sitios. Si, si, capas y más capas encima de mí a donde quiera que yo vaya. Por eso, sin duda, las bufandas enormes y muy calentitas son algo sin lo que no podría vivir una vez que mi querido verano decide abandonarme.

#3. Sombreros.

¡Me encantan! En otoño, en invierno, en primavera y en verano. Siempre son una buena idea. En verano te protegerán del sol y en otoño-invierno te darán calorcito. Son el complemento perfecto que termina cualquier look, y siempre combinan con todo, vestidos, tejanos, faldas... Son sin duda el complemento perfecto. Poco a poco voy aumentando mi colección pero os aseguro que por mí tendría muchísimos más.


#4. Jerseys.

Y si hace un momento os decía que las bufandas eran un más que imprescindible, los jerseys son, probablemente, mi prenda de ropa favorita para esta época del año. ¿Hay algo mejor que esos jersey oversize, gorditos y super calentitos? Sinceramente no sé quién los diseñó por primera vez, pero desde aquí le agradezco la genial idea que tuvo. Además, siempre te salvarán de esos días en los que no sabes qué ponerte. ¿Solución? Abre el armario, escoge tus vaqueros favoritos, ponte una camiseta básica debajo y encima uno de estos jerseys. Botines de tacón en los pies, una trenza despeinada, labios rojos y tu sombrero favorito. No necesitas más. Lo tengo comprobado.

#5. Blusas.

Si los jerseys son imprescindibles, las blusas no lo son menos. Son otra de esas cosas que te salvan la vida. Para ir a clase, a la oficina, a recoger a los nenes al cole, reuniones, cenas con amigos, esas cañas al final de la jornada laboral que saben a gloria, o para las noches de vino con amigos. Para ir de compras, para el teatro, el cine o lo que te de la gana. Yo hace unos años me enamoré de esta que os enseño en las fotos. No se si será en vuelo que coge al final, el detalle del encage en las mangas o el pequeño doble que tiene en la espalda. Aunque probablemente, sea su color verde botella lo que me terminó de enamorar. Y ahora os voy a contar un secreto. Fue un flechazo tan grande el que sentí por esta blusa cuando la vi que llegué al punto de comprarme dos iguales. Y no, no, piensen que estoy loca, pero es que un día se la presté a una amiga y me la quemó con la plancha. Os prometo que cuando me lo dijo, casi muero.  Así, que ahí estaba yo, con mi blusa favorita quemada encima de las piernas mientras iba a la web de ZARA ha comprar otra.


#6. Oxford.

Si hay algo que agradezco al otoño es poder usar Oxford. Probablemente sea unos de mis tipos de zapatos favoritos. El clásico inglés consiguió conquistarme hace ya unos cuantos años y desde entonces se convirtieron en imprescindibles. Son elegantes, versátiles y siempre darán un toque especial a tus outfits. Si estáis buscando unos zapatos para cualquier ocasión, no lo dudéis. Además, hoy en día las tiendas ofrecen una gran variedad de modelos, formas, colores y materiales, así que seguro que encontráis los vuestros.

#7. Cacao / crema de manos / hidratante corporal.

Creo que ya os he dicho que no soporto el frío. Es más, no es que no lo soporte, es que lo odio. Y ésta es una de las razones: seguro que a todas os ha ocurrido eso de pasaros semanas y semanas con los labios agrietados, sangrando, llenos de esos pequeños y molestos cortes. Y a esto le tenemos que añadir la sequedad de la piel debido, no solo al frío de la calle sino también a la calefacción. Esto provoca el siguiente problema: los resfriados. Semanas y semanas sin poder respirar, de ojos hinchados y ojeras de oso panda por no poder dormir, de pañuelos y más pañuelos, lo que desemboca en narices rojas y llenas de heridas. Es el mayor desastre de esta época, aunque creo que los kilos ganados en Navidad lo superan. De cualquier modo, para intentar evitar o poner solución cuando ya ha ocurrido, los cacaos, y cremas hidratantes de cualquier tipo son mis aliados. Los tengo en el baño, en la mesilla del dormitorio, en el bolso... ¡en todos lados!



#8. Té, mucho té.

Pues sí. El té es otra de esas cosas que adoro del otoño y del frío. Tazas y más tazas de té de cualquier sabor. Si a esto le añadimos un toque de canela, o de jengibre, pues todo va mucho mejor. Y así la hora de la merienda o el rato de lectura sienta mucho mejor. Adoro cuando el olor a té inunda mi casa, es uno de esos olores que me dicen que el otoño ha llegado.

#9. Deco Home: Luces.

Cuando vives entre dos ciudades y dos casas y ninguna de las dos es realmente la tuya propia, la decoración se convierte en algo complicado. Pero sin duda que las luces son una de mis cosas favoritas de decoración. Cuando en la calle ya hace demasiado frío y es de noche me encanta bajar la luces de mi casa, tener esa luz bajita, con música de fondo mientras uno de mis jerseys gorditos me envuelve es una de las sensaciones que adoro del otoño.


#10. Libros / revistas / guías...

En el sofá, en el escritorio, en la cama, en donde sea, pero sin duda me encanta el otoño por esto. Estar en casita, calentita, con la taza de chocolate, mientras la lluvia golpea los cristales y yo estoy envuelta en mi manta y perdida en un libro. O en un artículo interesante de una revista. O soñando con el próximo viaje. La luces muy bajitas, una vela con olor a otoño y mi música favorita de fondo. Creo que no se puede pedir más para una tarde de descanso.





Pues esto ha sido todo por hoy chicas. Espero que os haya gustado y que me dejéis en los comentarios cuales son vuestros accesorios imprescindibles para el otoño. 




18 octubre 2017

24 HORAS EN... ZAMORA


                                                           07:30 Suena el despertador
                                                           07:35 Lavabo, ducha, antiojeras, hidratante. 
                                                           07:40 Microondas.
                                                           07:42 Café. Mmmmm ¿galletas? ¿Tostada? ¿Cereales?
                                                           07:50 Preparar sandwich. 
                                                           08:10 Outfit.
                                                           08:13 Preparar bolso. Gafas, cartera, monedero, llaves, pañuelos.
                                                           08:15 Telefonillo.
                                                           08:16 Colonia y labios rojos. 
                                                           08:17 Dirección: Estación de Autobús. 
                                                           08:50 Llegada a la estación. 
                                                           08:51 Salamanca - Zamora (09:00) Plataforma 2. 
                                                           09:00 Próxima aventura, ZAMORA. 

Vista desde el puente de piedra. 

Pues sí, así empezó mi día de sábado. Desde hacía un tiempo estaba planificando visitar Zamora. Quizá no es la ciudad más conocida de Castilla y León o quizá se la conozca por cosas más concretas como la Semana Santa o todas las joyas del románico que tiene, pero siempre pensé que escondía lago más, así que aprovechando el puente decidí que ya era hora de conocernos.


Es una ciudad bastante pequeña, por lo que podréis visitarla en un día, incluso, en unas horas si os coge de camino. El centro histórico está ubicado en pleno terreno amurallado, y las vistas desde el puente son increíbles. Es cierto, que al no ser muy grande no tiene muchísimas cosas que ver, pero el entorno y el ambiente os encantará. Os perderéis por las callejuelas, os encontraréis con iglesias del románico, subiréis a los miradores para contemplar cómo el paisaje se pierde en la lejanía, os sentiréis conquistadores en los muros del antiguo castillo, descansaréis en sus jardines y la catedral os impresionará.

Castillo de Zamora.





He de decir que nada más llegar pensé que iba a ser más aburrido, que iban a haber pocas cosas que hacer, pero poco a poco vas descubriendo pequeños lugares perfectos. Calles empedradas, jardines donde solo escuchas el ruido de los pájaros, cafeterías, pequeños comercios... Una vez que entras en el casco histórico es como olvidarte del mundo. El tiempo se ralentiza y tú comienzas a moverte al ritmo que la ciudad quiere, entre fotos, helados y sombra.


Esta vez decidí hacer un plan muy tranquilo, así que cuando llegamos, mas o menos a las 10:00, nos dirigimos a la oficina de turismo a por el plano y decidimos dejarnos llevar. Sin prisas, sin agobios de tener que llegar a un montón de sitios, sin carreras, simplemente disfrutando de lo que nos íbamos encontrando, paseando, hablando y haciendo planes futuros. Esa bendita sensación que en ese momento no importa nada más. Como ya habréis visto al principio, esta vez nos llevamos la comida de casa y ¡fue todo un acierto! Comimos tranquilamente, en un parque a la sombra de un montón de árboles y con vistas al castillo. Recordando tiempos pasados, cuando éramos peques, las excursiones de fin de semana con la familia, y cuando crecimos un poco, con los amigos. No sé, esa sensación de lo sencillo, de lo bonito, de tener hambre, sacar el bocata y sentarte en el suelo. A mí me sigue encantando. Creo que no se puede pedir más para un sábado cualquiera de Octubre.

La Catedral desde la muralla del Castillo.



Parque del Castillo.

Después de visitar la zona del castillo, la catedral y el río, nos fuimos a conocer la zona de la Plaza Mayor y el Teatro. A pesar de ser un ciudad, os sorprenderá la tranquilidad que hay. Sus calles estaban llenas de vida mientras la gente aprovechaba los últimos días de sol, sin embargo, se respiraba una tranquilidad increíble. Probablemente el hecho de estar alejada del concurrido tráfico que siempre hay a las afueras ayude a esta sensación: respirar en medio de la nada, en una ciudad amurallada, rodeada de parques, ¿viviendo en otra época?

Parque del Castillo.


Plaza de Arias de Gonzalo.


Finalmente volvimos a las 19:15 y una hora más tarde estábamos de nuevo en Salamanca. Cansadas, agotadas pero felices. Aunque en ese momento, felicidad fue llegar a casa y tirarme en el sofá. Después de haber caminado 20 km. no me podéis juzgar.


Vistas al puente de piedra. 

Teatro Ramos Carrión.

Vestido: Zara.
Bolso: Parfois.
Bailarinas: Mary Paz
Gafas: Mr. Boho.
Medias: Calzedonia
Lazo: Claire´s 

Espero que os haya gustado. ¿Alguien conocía ya Zamora? ¿Estáis pensando en visitarla?

12 octubre 2017

KUKELEKU. ORGANIC CHICKEN.

¿Sabéis de esos sitios que están muy lejos de tu casa pero que te hacen sentir como si tu estuvieses muy cerca? Pues creo que esa sensación es la que mejor define Kukeleku. Sí, ya sé que con este nombre bien podría estar en otro planeta, pero os prometo que no. Kukeleku es un restaurante en Ámsterdam, y sí, lo descubrí durante mi último viaje a la ciudad de los canales.

Todas las imágenes corresponden a Kukeleku Facebook. 

Es una de las sensaciones que mejor recuerdo. Era de noche, para ellos la hora de cenar aunque en España fuese más bien la hora de merendar. Llovía, llovía mucho. Estábamos cansadas, muy cansadas. Hacia frío, mucho frío. Pero algo nos llevó por esa calle en busca de un sitio calentito, para descansar, cenar, hablar, hacer balance del día, repasar las fotos conseguidas, preparar los planes para el día siguiente y de repente apareció. En una de esas calles estrechas, llenas de cervecerías y restaurantes SteakHouse estaba este oasis. No sé si fue lo bien que olía, o el hambre que teníamos, o la terraza con mesas y sillas de madera blanca, o las velas desafiando al frío, o la luces de verbena por encima de las poquitas mesas de la terraza. La verdad es que quizá no fue nada de eso y solo fue la bendita casualidad del turista que no sabe por donde va hasta que un lugar mágico como este te sorprende.


En ese momento justo supimos que ese sería nuestro lugar para la cena. Entrar solo mejora tus expectativas. Un lugar pequeño pero lleno de encanto. Suelo de madera, paredes de ladrillo blanco, mesas de madera acompañadas de una perfecta decoración que se volvía exquisita con las velas. La temperatura perfecta, una cristalera enorme desde la que veíamos llover, un trato envidiable... Después de varios días tuvimos la sensación de trasladarnos a España de nuevo. La tranquilidad que desprende el ambiente que se va creando, la seguridad de que vas a disfrutar, el olor de la comida que te hace viajar a casa de la abuela.






Los datos imprescindibles:

Horario: Todos los días
               12:00 - 23:00

La Carta: No sabréis qué elegir.

Reserva: ¡y no te quedes sin sitio!



















































Pero ¿sabéis cual fue la clave para sentirnos como en casa? Cantar y bailar. Sí, cantar y bailar en un restaurante mientras esperas la comida. ¿Raro? Para los holandeses demasiado, para nosotras fue una de las cosas que hizo de ese sitio un lugar aun más especial. Después de cinco días ¡música en español! Bueno, y en italiano. Y es que su dueña es italiana, y claro, nos entendimos tan bien hasta el punto de bailar a la vez. Sin duda fue un momento realmente especial, esa cena fue la cena. Entre una comida magnifica, velas, copas de vino y canciones llegó el final de un día increíble.


Después de cenar, bailar, cantar y brindar pusimos fin a ese día, sabiendo que volveríamos. Quizá el último día, quizá en el próxima viaje o quizá, en realidad, nunca. Pero si Amsterdam vuelve a aparecer en nuestras vidas, éste será nuestro primer destino. La última mejor sensación fue salir, y con el frío otra vez y con la lluvia resbalando en el paraguas, mi amiga me dijo: "si alguna vez tienes un restaurante, sería como éste." Y probablemente tenga razón.




  Todos los enlaces:










Y ahora os estaréis preguntando que qué pasa con la comida. Pues veréis, a veces son la suma de todos estos pequeños detalles lo que te hace sentir especial, como si estuvieses en tu lugar en el mundo, como si alguien te hubiese puesto ese lugar solo para ti por si el destino te lleva, por casualidad, un día hasta él. Aunque sí, os voy a contar el último secreto: la comida estaba demasiado rica. Pero eso os toca probarlo a vosotras, porque estoy segura de que encontraréis este sitio, en una calle perdida. Y cuando lo veáis desde lejos pensaréis "¡ahí!".



Para que no os perdáis...







Dirección:
Leidsekruisstraat 11, 1017 RE                       
Amsterdam
The Netherlands

Mail:


Teléfono:
020 2371797






04 octubre 2017

FIVE LITTLE THINGS #3

#1. La Gallofa & Co.

Es uno de mis lugares favoritos en Cantabria desde que hace unos cuatro años decidieron emprender esta iniciativa. La Gallofa & Co es un nuevo concepto que une lo mejor de una panadería con una cafetería. Dicho así puede sonar un poco loco, pero en realidad, es una locura perfecta. A su ya experiencia en el sector del pan, añadieron el mejor espacio para disfrutar del café. Así que desde hace algún tiempo las reuniones de amigas se han trasladado allí. A una decoración perfecta, se le han añadido cosas demasiado ricas que te hacen ojitos desde el mostrador, zumos naturales y un ambiente relajado. ¿Alguien puede pedir más? Siempre que vuelvo es una de mis paradas obligadas y si alguna vez vais, entenderéis porqué. Pd: os dejo el interior en secreto para que lo descubráis vosotras mismas.

#2. Polvos Compactos Chanel.

Aunque es cierto que siempre me han gustado más las bases líquidas y con cobertura media, estos polvos son amor. Sí, esa es la única manera de definirlos: AMOR. Bueno y sí, caros también. Pero merece la pena esa inversión, que siempre estén en la Wish List, poner todas las caras adorables habidas y por haber para conseguirlos, suplicar en la perfumería por una muestra de esta maravilla, y todas las cosas que se os ocurran para conseguirlos. No os arrepentiréis. Palabra de Coco.


#3. Revista Mr. Wonderful Ideas.

Es diferente, fresca, divertida, elegante, con unos colores increíbles, una maquetación perfecta y un contenido envidiable. Descubrirás nuevas marcas, empresas atrevidas, ideas locas que salieron bien pero sobretodo conocerás a las personas que hay detrás de todo eso. Perfecta para disfrutar sola o en familia no te dejará indiferente. Una vez que una de estas boniteces caiga en tus manos, no podrás esperar al siguiente número. Por cierto, ¿para cuando la número 5, Mr. Wonderful?


#4. Bolso.

Poco que decir. Me encanta la combinación de colores pastel y además, es perfecto para el verano. Al principio pensaba que lo iba a dar poco uso, pero nada de eso. Se convierte en imprescindible cada verano. Con vestidos, con shorts, con faldas... Y aunque parezca que no caben muchas cosas, os puedo prometer que entran muchísimas. ¡Incluso la agenda!


#5. Museo Centro Botín (Santander)

El Centro Botín abrió sus puertas hace escasos meses después una espera que se me hizo eterna, pero que ha merecido y mucho la pena. En pleno centro de mi ciudad y al borde exacto del mar se encuentra esta maravilla completamente blanca que os enamorará. Con un diseño moderno y completamente abierto al mar y la montaña consigue unir el arte y lo mejor de la ciudad. No os lo podéis perder, además sus vistas desde la azotea os dejarán sin palabras. 

Foto: Cento Botín. Página Web


01 octubre 2017

¿OTOÑO?

¡Buenos días chicas! Esta es mi pregunta en los últimos días. En teoría ya estamos en otoño pero parece que el tiempo se empeña en regalarnos días de verano extra, y que queréis que os diga, ¡yo no tengo ningún problema! Siendo una enamorada declarada del verano, me encanta que a punto de empezar Octubre siga pudiendo ponerme shorts y sandalias.


Así que hoy os traigo este outfit que me encanta por su comodidad. Ya sabéis que para mí suele ser un requisito imprescindible, sobre todo durante la semana, ya que siempre vamos corriendo a todos los lados intentando completar esa lista enorme de cosas por hacer. Los shorts suelen ser uno de mis básicos, no solo en verano. Son cómodos, sencillos de combinar y aptos para un montón de situaciones. Estos son de la colección de verano de Zara, pero seguro que podréis encontrar otros muy similares. Respecto a la blusa, me encantan las camisas o blusas de este estilo. Finas pero que sientan genial, no solo con shorts, también son una buena opción para faldas o pantalones largos. Una sandalias marrones, y este caso un bolso de mano completan el look.







Espero que os haya gustado esta combinación y que el tiempo nos siga regalando muchos días más de verano. Nos leemos en los comentarios.



Shorts: Zara.
Blusa: Zara.
Sandalias: Zara.
Bolso: Iam.
Gafas: Mr.Boho.
Labial: CK 700 Little Liar.